sábado, 13 de noviembre de 2010

Fecha original de publicación sábado 9 de agosto de 2008

Ensayo Histórico



“Tienen la fuerza, podrán
Avasallar, pero no se detienen
los procesos sociales ni con
el crimen, ni con la fuerza.
La Historia es nuestra, la
Hacen los pueblos”.

(Salvador Allende)


El quiebre Institucional chileno de 1973, “la via chilena hacia la desigualdad social, una mirada coyuntural”

Este ensayo tiene por objetivo explicar a modo de referencia el proceso de quiebre Institucional, producto del boicot realizado por Estados Unidos en conjunto con la derecha chilena de manera nefasta y abusiva en contra del pueblo chileno, con el fin de generar una mirada crítica ante la temática a tratar.

¿Qué factores permitieron desencadenar la tremenda escala de abusos perpetrados en Chile durante la segunda mitad del siglo XX en contra de los grupos populares y que a la postre va a significar la dictadura que irá mas allá de límites inimaginables, provocando de esta forma la implantación del modelo económico neoliberal que conducirá a la desigualdad social?

La rearticulación del desarrollo capitalista chileno, se asocia al antagonismo existente entre ambos bandos, desde la perspectiva del proceso de permanencia y cambio y, sus repercusiones que ha tenido esto durante nuestra Historia. El afán de resistencia que hubo en contra del militarismo exacerbado por la dictadura, todo lo cual, conlleva a generar un descontento social que agudiza las discrepancias entre clases.

En Chile se ha hablado bastante acerca del proceso del quiebre institucional, como nos plazca llamarlo, dictadura, régimen, represión, golpe de estado, el asunto neurálgico esta en que hubo violaciones a los derechos humanos. En relación e esto Mariana Aylwin et al plantean lo siguiente: “Los sucesos de los años 1973 y siguientes, constituyen el único episodio de violencia masiva, prolongada, en gran escala (…)”[1].

Siguiendo con esta autora debemos señalar lo siguiente: “(…) un sistema autoritario que – con amplio respaldo de los sectores sociales dirigentes – nos ha hecho vivir realidades por completo diferentes de lo que han sido los valores tradicionales chilenos, fundados en una cultura católica, progresivamente democrática y humanista”[2].

Resulta de manera evidente, según los estudios historiográficos que “dan cuenta del arte”, es decir, de los planteamientos en torno al tema, que el pacto multiclasista generado en el año 1930, tenía como finalidad refundar al leviatán, la bestia o el Estado y además proponerle a las clases sociales menos acomodadas o en este caso al bajo pueblo y a los grupos medios, este ultimo, que mas adelante se va a constituir como la “Mesocracia” o el gobierno de la clase media, participación política y económica en el Estado; sin embargo este pacto no se hará respetar, ya que la clase dirigente se dará cuenta que esto le va a significar desembolsar su futuro, por lo tanto la clase dirigente no va a permitir que los grupos bajos y medios de la sociedad reajusten su situación laboral, social, y económica. En esta orientación Tomás Moulián plantea que “El brutal golpe militar de las Fuerzas Armadas va a producir una rearticulación del desarrollo capitalista chileno”[3]. En este mismo sentido Juan Carlos Gómez Leyton plantea que “(…) el golpe se activó cuando la propiedad privada fue asechada por reformas”[4]. En palabras de Tomas Moulian, en Chile la propiedad privada estaba siendo acechada y ante eso los privados pedirían a las fuerzas armadas y de orden que actuarán y así fue. Ahora bien, sabemos que actuaron de manera totalmente avasalladora…. A modo de epitafio “el hombre es el lobo del hombre”, recordando a Tomas Hobbes.

Ante la irrupción de los militares en Chile, era evidente que se formaran grupos de oposición al gobierno dictatorial de Pinochet, tales como el MIR (Movimiento de izquierda Revolucionario) y el FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), ambas fuerzas antagónicas, por un lado militares y por otro movimientos frentistas de izquierda popular, que se batirían en reiteradas ocasiones mantendrían en jaque a la sociedad civil por varios años. Según Mario Garcés y Sebastián Leiva “(…) en La Legua, el pueblo resistió. Es verdad, así lo hemos podido probar luego de una larga investigación, en La Legua confluyeron el día 11 militantes, pobladores y sindicalistas y sus calles fueron testigos de mas de un enfrentamiento armado”[5].

Por otra parte la institucionalidad en Chile se muestra menos rasgada durante el trayecto de su Historia republicana, nuestro país ha tenido mayor estabilidad institucional en comparación con países europeos como Francia o como Alemania, en este sentido cito a Simón Collier y William F. Sater quienes indican lo siguiente “(…) la guerra civil de 1891, los regímenes de hecho entre 1924 y 1932, y el régimen de Pinochet; éstos son los únicos interregnos dentro de una trayectoria perfectamente patente”[6]. No obstante Juan Carlos Gómez Leyton desmiente estos planteamientos, señalando como un “mito” la estabilidad institucional y democrática plena en la Historia de Chile. A modo de revisión historiográfica sostiene “En efecto, el régimen democrático nacional no tuvo 41 años de existencia como tradicionalmente se sostiene sino 13 años, de manera que su corta existencia va entre los años 1958 – 1973(…)[7].

No debemos olvidar también que en medio de este ambiente tan paradojal propio del siglo XX, en la cual se desarrollará este proceso de quiebre institucional, durante su segunda mitad, será traducido injustificadamente por el estallido del año 73, trayendo consecuencias nefastas. Un dolor tremendo para el pueblo chileno. Para Sofía Correa et al “(…) un período entre 1967 y 1973 en el cual se despliega todo un espiral revolucionario que revienta el 11 de septiembre, con el golpe de estado”[8].

El descontento generalizado producto de la represión y la coerción del gobierno militar hacia la clase trabajadora sepultó las esperanzas del máximo derecho que puede tener un ciudadano, que es la soberanía, en un gobierno dictatorial antidemocrático, que pisoteó al ciudadano común y protagonista de la Historia.
Cito al destacado historiador y Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar quien en conjunto con Julio Pinto Vallejos plantean que “Bien sabemos desde 1973 –o de antes- que la ciudadanía chilena ha estado y esta viviendo décadas de incertidumbre y perplejidad”[9]. Continuando con estos autores “(…) pese a los parámetros que muestran seguridad macro – económica, la gente se siente insegura respecto a su salud, su previsión, su empleo y su educación; o sea, sobre su futuro”[10].

A modo de conclusión pretendo reafirmar de manera categórica mi hipótesis planteada al comienzo de este ensayo. Fundamentalmente porque me he dado cuenta que los antecedentes del golpe van mas allá de lo que he planteado durante el desarrollo de este ensayo, tiene que ver con un problema mas de fondo y no meramente algo que se venia gestando hace tres o cuatro años atrás, aquello es un análisis de tipo situacional, periodístico y que por lo tanto carece de toda coyuntura crítica, en el fondo un trabajo que carece de toda profundidad historiográfica y, que talvez es el origen del sesgo que se maneja erróneamente acerca del quiebre institucional.

Los estudiosos en la materia plantean que los antecedentes del golpe de estado en Chile son un problema de investigación de tipo estructural es decir de mentalidades, procesos lentos, que tienen un estudio de temporalidad largos de un siglo o mas, vale decir, que según los historiadores las bases del quiebre institucional del año 1973 están en las bases Portalianas del poder autoritario; Pinochet toma a este personaje decimonónico y plasma su autoridad militar en base a este, reflejando así permanencia y cambio del Positivismo decimonónico, que no es otra cosa que la gangrena de nuestra sociedad que aun esta presente.

Otros autores tales como Tomas Moulian y Manuel Antonio Garretón sociólogos chilenos le dan a esta temática un enfoque coyuntural, quizás, mediante un análisis de tipo coyuntural que aborda un estudio de décadas se ubicaría esta problemática histórica chilena, estudio que además se ha de estudiar a través de un método deductivo - hipotético, vale decir, que va de lo general a lo particular. Según este binomio los antecedentes están en el pacto multiclasista de 1930 y en su posterior declive, vale decir; el acecho y las reformas a la propiedad privada en Chile; siguiendo con esta serie de conjeturas es necesario señalar que dichos antecedentes no se pueden buscar en un gobierno de 1000 días y, por último indicar que el germen del estallido de la dictadura militar es muy anterior al 11 de septiembre de 1973.
[1] Aylwin et al, Mariana. “Chile en el siglo XX”, Editorial Planeta, Santiago, 1990. Pág 17.
[2] Íbidem.
[3] Moulián, Tomas. “Fracturas”, Editorial Lom, Santiago, 2007, Pág 20 – 22.
[4] Gómez, Juan Carlos. “La fronteras de la democracia”, Editorial Lom, Santiago, 2004, Pág 93.
[5] Garcés, Mario y Leiva Sebastián. “El Golpe en La Legua, Los caminos de la Historia y la memoria” Editorial Lom, Santiago, 2005, Pág 5.
[6] Collier, Simón y Sater F. William. “Historia de Chile, 1808 – 1994”, Cambridge University prees, Madrid, 1999, Pág 10.
[7] Gómez, Juan Carlos. “La fronteras de la democracia”, Editorial Lom, Santiago, 2004, Pág 9.
[8] Correa, Sofía, Jocelin – Holt, Alfredo, Claudio Rolle, Manuel Vicuña. “Historia del siglo XX chileno”, Editorial Sudamericana, Santiago, 2001, Pág 8.
[9] Salazar, Gabriel y Pinto Vallejos, Julio. “Historia Contemporánea de Chile Vol. 1, Estado Legitimidad, Ciudadanía”, Editorial Lom, Santiago, 1999, Pág 9.
[10] Íbidem.

3 comentarios:

  1. qUE BUENO QUE VUELVEN A ESCRIVBIR...MENTES BRILLANTES DE giro...PERO QUIEN ES EL AUTOR DEL ENSAYO...NO DICE NADA AL RESPECTO????

    ATTE

    PCT

    ResponderEliminar
  2. dON aBNER...PUBLIQUE PARTE DEL TRABAJO AL AMIGO DE SU SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN...Y SUS COMPAÑEROS TAMBIÉN PODRÁIN HACER ALGO AL RESPECTO...
    ATTE

    pct

    ResponderEliminar